Te di ojos y miraste las tinieblas
Irene Solà · Anagrama
En un lugar remoto entre montañas y masías perdidas, entre cazadores y bandoleros, labradores y ladrones, maquis y fantasmas, bestias y demonios, la masía Clavell se aferra a la tierra como una garrapata al pellejo de una alimaña. La casa, habitada por mujeres, guarda entre sus paredes siglos de recuerdos y relatos: los de Joana, que para encontrar marido hizo un pacto con el Diablo que inauguró un linaje mutilado; los de Bernadeta, cuyos ojos sin pestañas ven todo lo que el resto no ve; los de Margarida, a quien le falta un pedazo de corazón; los de Blanca, que nació sin lengua y no habla, solo observa. Hoy estas mujeres y otras tantas preparan un banquete a la espera de algo que aún no sabemos. A través de su torrente verbal descubriremos un mundo que solo Irene Solà sabe narrar así, uno en el que las historias se entrecruzan para mezclar luz y oscuridad, vida y muerte, olvido y memoria, realidad y leyenda.
«Una especie de aquelarre prodigioso, una celebración de la sororidad femenina y una recreación de la historia de una familia (y de unas cuantas cosas más) concentrados en un solo punto, una masía remota de las Guillerías donde se suceden las violencias, las celebraciones rituales y los cambios de generación que, al fin y al cabo, configuran cualquier familia y cualquier cultura... Una novela extraordinaria».
Marina Espasa, Ara